viernes, 13 de mayo de 2016

Las mejores cocinas al mejor precio

En la capital se concentran gran cantidad de rincones gastronómicos de alta calidad. En Madrid se pueden ver más estrellas (las Michelín) en los restaurantes que en su cielo por la contaminación lumínica. Está claro que hay ciertos locales de mucho renombre, pero también a un precio que no todos se pueden permitir. Estos son lo que llamaré La cream de la cream donde enmarcaría los ya reconocidos Diverxo, Ramón Freixa y Sergi Arola Gastro, entre otros.
También existen precios desorbitados y, además, sin que sea motivado por la calidad o innovación culinaria, sino más bien por las instalaciones, modas, etc.

Pero para aquellos que les gusta la buena cocina, tanto en materias primas como en carácter, y no quieren renunciar a ella por la cuenta, existen algunos remotos locales donde todavía se puede disfrutar.



Street-xo (Serrano, 52), que es la versión de bajos costes del Diverxo del chef David Muñoz, que ya tiene tres estrellas Michelín. Ofrece street food asiática de vanguardia, una maravilla hasta para los paladares más exigentes. Actualmente instalado sobre la azotea de El corte ingles de Goya, después de trasladarse desde Callao, sigue llenando y formando colas de una hora aproximadamente, pues no admite reserva. Pero merece la pena esperar, sus 200 comensales diarios aproximados lo corroboran.

Loft 39 (Velazquez, 39), cocina de fusiones mediterráneas en un elegante local de decoración con influencias neoyorquinas y terraza con amplio lounge para ofrecer cócteles. Lo mejor los bocados que reunen texturas, sabores y sensaciones que explotan al hincarle el diente, como el ravioli de pan y yema de huevo, milhojas de vieiras o buñuelos crugientes de trufa. De los platos principales se aconseja el pez mantequilla y el solomillo.


Fortuny (Fortuny, 34) es un jardín, club, terraza, café y restaurante emplazado en un palacio del S.XIX en el céntrico barrio de Chamberí. Un cuento de hadas para príncipes y princesas de la actualidad. Con barra de sushi, caviar y champagne, cócteles y una carta muy variada que se actualiza cada seis meses. Especialidades, crujiente de vieira trufada con chalota caramelizada al martini y las croquetas de mar y montaña, además del supremo tataki de presa ibérica.

80 grados (Manuela Malasaña, 10) es un local que se identifica con el cliché "el tamaño no importa", pues su carta se jacta de los platos XS fríos y calientes. Su inspiración es la cocina a baja temperatura, concretamente a 80 grados, de ahí su nombre, lo que permite mantener las propiedades organoléticas de los alimentos. Uno de los miniplatos fríos imprescindibles es el tartar de salmón con crema de aguacate sobre gazpacho de mango, y de los calientes el solomillo en costra de romescu y puré de patata dulce. La bebida también es original, el dis-tinto, un tinto de verano con sorbete de limón, y de postre el vaso de leche con galletas, que no es caliente, sino helado.

Desengaño 13 (Desengaño, 13) En la paralela de Gran vía te espera su maridaje de tradición e innovación, que da lugar a una original carta con platos de la huertadel marde la granja o de la montaña, entre los que destacan platos típicos de diferentes lugares del mundo. Una cocina internacional para disfrutar un auténtico ceviche peruano de corvina salvaje o una entraña argentina con chimichurri de gran calidad. Sugerencia: el gazpacho de fresón con vieira a la plancha.

La jefa (Recoletos, 14) Un inmenso jardín, eso es América, y ahora La Jefa te trae un pedacito, reproduciendo la época colonial, a uno de los distritos con mayor nivel de vida de Europa, el barrio de Salamanca. Motivos del campo, maderas poco tratadas, plantas de hoja ancha, maizales, pero con la mano de los conquistadores cerca: mobiliario, lámparas y vajilla señoriales, jaulas para pájaros y falsos trofeos de caza. El menú está a caballo entre las cocinas típicas de los países subyugados a la colonización, que se combinan con pastas, especias y salsas orientales. Así tenemos platos como papas amarillas peruanas con salmón, aguacate y yozukosho o gambones satay rebozados en pasta oriental con salsa de cacahuete y curry rojo, destacando sobre todos ellos el ceviche limeño y la mole de carrillera de vaca al cacao.

Ana la Santa (plaza de Santa Ana, 14) en el Hotel Reina Victoria se encuentra esta propuesta del grupo En Compañía de Lobos y Tragaluz. Un sitio fresco, innovador y cosmopolita. En su carta gran variedad de tapas que se pueden tomar en la extensa barra central, tanto nacionales (tortilla de patata con pan de tomate o gambas de Huelva al vapor) como internacionales (tortillas de maíz o sashimi de atún y mayonesa de chipotle). Y ya que su lema es "una tapa en el bar o un arroz en el comedor", recomendar sus arroces y pescados de Pescaderías Coruñesas.

La Gloria de Montera (Caballero de Gracia, 10) Entre la decoración en blancos y negros del local, el toque de color de este restaurante es la comida. Unas recetas mediterráneas con un giro fresco que las convierte en tendencia. Sus especialidades son las cremas de verduras, ensaladas (especialmente la de cangrejo y aguacate con vinagreta de frutos rojos y pesto) milhojas, ya sean de carne, pescado o verduras y mi preferido el crujiente de ternera en salsa de Oporto acompañado de arroz cantonés.


Cachivache (Serrano, 221) es una taberna donde ha cambiado el concepto de tapa. En la cocina con pasión por los fogones y la creatividad inventan. Sobre su suelo de baldosas de tablero de ajedrez se juega con las mejores materias primas a tomar raciones y tapas modernas en bancos de maderas de colores que le aportan un look industrial. Disfruten su tapeo que en la taberna Cachivache el cliente es el protagonista.

El Bosco (Hortaleza, 63) del mismo grupo que el Ana la santa (En Compañía de Lobos y Tragaluz) e inspirado en ese concepto urbanita y cosmopolita, entiende el tapeo de la misma manera con una gran barra central, pero en el caso de El Bosco su cocina mediterránea tiende más hacia la costa italiana, con una carta especializada en pizza's elaboradas en horno de leña, carpaccios y risottos. Y el local es un pequeño bosque entre los edificios del Colegio de Arquitectos de Madrid, todo acristalado y con una bonita terraza.

Esta es la lista de los listos, ya que pagar más no siempre significa comer mejor, aquí te damos unos ejemplos donde comer con las 3 B's (bueno, bonito y barato) y no gastar más de la cuenta. 







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