lunes, 6 de noviembre de 2017

Un Don Juan de interés regional bajo la luna llena

No es verdad ángel de amor... Pues si es verdad que este fin de semana la luna brillaba pura y llena mientras se representaba el Don Juan de Alcalá.

Amenazado por posible lluvia que respetó bastante, el viernes 3 y el sábado 4 de noviembre a las 20 horas se encendían los focos en los cinco escenarios instalados en la huerta del Palacio Arzobispal.

Un magnífico emplazamiento aprovechado para la escenografía de la 33ª edición de una tradición declarada de Interés Regional desde 2002 y en busca ser de interés turístico nacional junto con la semana cervantina, también celebrada en Alcalá de Henares.




Don Juan (Guillermo Serrano) y Doña Inés (Ana Batuecas) revivían su historia de amor romántico un año más en fechas próximas a la noche de los Muertos y/o del día de Todos los Santos. En el reparto Memé Tabares como Brígida y mucha participación de actores alcalaínos de la talla de Sandra Collantes en el papel de Ana de Pantoja; Helena Lanza como la tornera de las Calatrabas; Antonio Ponce como don Rafael de Avellaneda; y Juan Carlos Puerta como el Capitán Centellas.

La atmósfera que se crea es fantasmagórica entre los versos, la noche, las temperaturas bajando, la luna llena, el fondo de murallas reales ... es ideal para introducirse en la Sevilla del siglo XVI en el que se ambienta esta legendaria obra de José Zorrilla.

Cual festival de música, de los que se llevan tanto, ya desde 1984, Zorrilla, un mítico del Romanticismo, lleva llenando explanadas de público alrededor de varios escenarios. Este año con colas a la entrada de la huerta, se reunieron varios cientos de personas el viernes y el sábado para disfrutar del teatro al aire libre, a pesar de las nubes que parecía que iban a estropear el acontecimiento tan esperado.

En total, se estima que 20 mil personas pasaron a ver los lances de Don Juan en algún momento del fin de semana, en que finalmente solo cayeron unas gotas, una ligera llovizna, al final de la función del sábado.

La escena, las interpretaciones y el sonido de la mano de la compañía Amarillo Producciones fueron dignos de mención. Controlarlo tan bien en un espacio abierto con un público tan amplio es todo un reto que esta compañía extremeña solucionó a la perfección.


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